¿Pensaste alguna vez en el ruido
que hace la luna al aparecer
por la noche, cuando todos se distraen?
¿La escuchaste alguna vez, temprano por la noche,
mientras volvías del trabajo o quizás
cuando ibas en camino a esa cena
en la que comprobarías que
el amor está hecho para perder?
¿Quién gana en el amor?
Un moneda girando en el aire,
esperando el veredicto del destino,
para saber que cara poner,
blanco o negro,
luna llena que aparece, ahí en lo alto,
como si todo fuese parte de un sueño
o mejor dicho,
como si la vida fuese un sueño del cual
solo despertamos ante la tragedia.
¿Qué ruido hace la luna menguante?
Es distinto al ruido de la luna llena, ¿no?
Pregunto, cuestiono, abro laberintos
interminables, infinitos, incapaces
de soportar algun otro adjetivo.
Yo, cuando veo aparecer a la luna,
escucho un disparo;
un disparo que la locura intenta acertar
en el medio de mis ideas;
justo ahí, en el medio,
separando mis obsesiones de un lado
y mis pensamientos del otro
desangrando la imaginación,
una imaginación que se esfuma,
que abdica al recordar la última caricia
que supiste darme aquella noche
bañados de ansiedad,
última noche
en la que la luna fue testigo
de la última mirada,
del último tacto,
del último beso.
Testigos también los edificios antiquísimos,
testigos los árboles bailando
la coreografía monótona
instaurada por el viento,
un viento que movió tu pelo,
descubrió tu mejilla
y dejó a la intemperie
una lágrima que parecía querer decir algo,
un mensaje indescifrable,
algo que solo podría entenderse
por la noche, bien temprano,
cuando aparece la luna
y grita, da un mensaje, un grito de esperanza
¿Qué dijo la última luna llena?
¿Qué te distrajo?
Creo haber comprendido el poder del silencio
que explotó en mis recuerdos
al contemplarla.
Dijo algo sobre la vida y la muerte.
La vi, ahí arriba, redonda, vestida de gala
la estrella entre las estrellas,
gritando, dando el mensaje
¿La escucharon?
Dijo algo sobre la vida, la muerte y la locura
dijo algo sobre la ecuación de vivir
dijo que la salvación estaba en la memoria.
o quizás dijo que todo esto no tiene sentido,
que la vida era una obra de teatro absurda
y que siga soñando.
Entonces sigo soñando