Llegan, poco a poco, escenas del futuro;
Escenas que nacen en el campo de la incertidumbre
Escenas de sexo sin amor
Los ojos empañados por una bruma llamada miedo
Cigarrillos electrónicos, bebidas sin calorías
(que mentira el mundo sin hacerse daño)
Más escenas siguen llegando, desde un mundo nuevo,
Un mundo contrario al del pasado, un poco más palpable,
Caen y caen, como las convicciones, como las utopías,
Soldados caídos en una guerra invisible,
Una guerra ya perdida desde el vamos
Porque ni siquiera la vimos llegar,
Derrota absoluta, poesía que se desangra tras los balazos
Certeros de las pantallas, enormes, sensuales y calibradas pantallas
Que enceguecen a las almas débiles.
No han terminado, siguen cayendo las imágenes del futuro sucio
Espero que sea un sueño aunque creo que no,
Es la realidad que trama una emboscada al amor, a la esencia,
A lo noble y valioso, un atardecer de colores fuertes,
Todo en la misma bolsa que no será reciclada sino que irá
A parar al basurero de las antigüedades, ahí donde los viejos
Valen céntimos y reflexionar es mala palabra
No dejan de caer las jodidas escenas del futuro,
Sangran mis ojos, mi alma, mis penas, mi alegría,
Todo cae: tu ropa, mi ropa y el amor que no se atreve
A comprometerse frente al futuro, oscuro, nublado,
Emboscando a la luna plateada, diosa de la noche,
Caen y caen escenas obscenas, dientes de marfil
Que muerden bolsillos flacos, botellas de elixir, los excesos,
Las salvaciones mundanas, el Jesús en la cruz de los que
Intentan cambiar una realidad que sigue tirando
Escenas de un futuro espeso, líquido, como un río turbio
De petróleo que arrasa con todo, con la comunidad,
Con el arte, con el mundo, cada cual mira su culo.
Dejen de caer, por favor, la noche se hace eterna
Y siento tu mano acariciar mis pelos y te oigo
Respirar; sí, te escucho y pido que no se acabe,
Que mañana se termine el mundo pero que tu sigas ahí,
En mi pecho, como un animal saciado que ya ha
Contribuido a las leyes de Darwin, rozando los gestos
De la locura, con los ojos cerrados pero capaz de observar
En la oscuridad, como el poeta, que ve una oscuridad
Clara y precisa, como la luz de la mañana en el campo,
Fresca, limpia, capaz de destronar a los anhelos que se
Disfrazan de imposible.
¡Pero yo solo anhelo que alguien apague la noche!
Que toque el interruptor y chau, no más escenas del futuro,
No más árboles por el piso, no más pantallas egocéntricas,
Solo almas, poesía, música, cosas lindas, ir de copas con amigos,
un rico vino, platos sabrosos, charlas no anónimas
Humos que hacen reír hasta que nos duela el rostro,
París desvaneciéndose de tanta impostura,
Los poetas han muerto y la resurrección no existe
¿Qué hacemos?
Las fechas se confunden y las escenas de un futuro prometedor
Son imágenes distorsionadas, son mi niñez solitaria y trágica,
Son los viajes en colectivos en Buenos Aires, eternos, a cualquier hora,
Anhelando ser alguien para dar fe de que la vida continúa
A pesar de la tragedia; Buenos Aires y las madrugadas
Infinitas envueltas en luces violetas, el tiempo completamente extraviado
Pero sonriente, fumando cigarrillos, esperando al colectivo como yo
En la estación incorrecta, yendo a dormir con los ojos abiertos
Porque el futuro no perdona y eso nadie lo sabe.
Por eso caen las escenas, una por una,
Por eso lo quiero decir todo en este poema,
Por eso no logro despertar: porque todo es un sueño dentro de otro sueño.
Qué cosa seria, tomarse la vida seriamente.
La realidad está en terapia intensiva y la enfermedad somos nosotros,
Que nos escapamos a otro mundo.
Oremos juntos, de la mano, que si despertamos a la bestia
Que espera fuera, tal vez no nos coma.
Tal vez necesite de un verso, de una canción, de un paso milimétrico para que las escenas del futuro dejen de caer y así
Enamorarse dos veces de la misma persona, no será un pecado
Porque aprendimos las lecciones de la memoria.